martes, 18 de noviembre de 2008

Spot estrella del basquet


Michael Jordan

Jugador de baloncesto estadounidense, uno de los mejores jugadores que ha tenido la NBA y el mejor anotador de la historia. Cuando Michael cumplió 13 años, su padre hizo construir una cancha de baloncesto en el terreno situado detrás de su casa, donde empezó a ser la admiración del barrio y de los vecinos que se juntaban las tardes de los fines de semana para jugar al baloncesto y hacer barbacoas.
En 1981 ingresó en el equipo de la Universidad de Carolina del Norte, y ya al año siguiente era elegido mejor jugador de la temporada. En el verano de 1984, cuando Michael ya era conocido en Estados Unidos con el apodo de "he can do it all" (puede hacerlo todo), formó parte de una de las mejores selecciones norteamericanas de baloncesto que, bajo la dirección del rígido Bobby Knight (entrenador de la Universidad de Indiana), se alzó con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles (1984), tras batir en la final a la selección española. El quinteto estadounidense (Leon Wood, Michael Jordan, Sam Perkins, Wayman Tisdale y Patrick Ewing) arrasó a todos sus rivales, con lo que la aureola de Jordan comenzó a brillar en todo el mundo.
En 1984 fue fichado por los Chicago Bulls, equipo en el que permaneció a lo largo de toda su carrera deportiva y con el cual obtuvo seis campeonatos de la NBA. Máximo encestador en diez temporadas, obtuvo un promedio de 32 puntos por partido, récord absoluto de la NBA, y fue elegido mejor jugador en 1988, 1991, 1992, 1996 y 1998. Acudió a su segunda cita olímpica en Barcelona 92, pero esta vez como miembro del equipo profesional "Dream Team", con el que repitió el oro que ya consiguiera como universitario en Los Ángeles.

NOTAS INFORMATIVA 1,2 Y 3

TIERRA DE GIGANTES
Pésima campaña en el Sudamericano U15 confirma lo mal que estamos

Con estupor y tristeza leo en la página web de la FIBA los últimos resultados del torneo Sudamericano U15 (sub 15) y constato algo que era casi evidente: ahora sí el básquet nacional tocó fondo. En el último partido del torneo, de una categoría eminentemente formativa y en la que las diferencias de talla, peso y experiencia no son tan evidentes como en mayores, Argentina nos vapuleó 100 a 24. Leyó bien, casi 80 puntos de diferencia. Mi solidaridad desde aquí con los jóvenes que, estoy seguro, con ilusión y orgullo se pusieron la camiseta nacional. No es culpa de ellos, en lo más mínimo. Si hay que buscar culpables, habría que comenzar por los irresponsables que decidieron mandar a este equipo al matadero. Con una competencia interna paupérrima a todo nivel, pretender competir al más alto nivel subcontinental es, por decirlo menos, irresponsable. Nunca antes, que yo recuerde, se había producido un resultado de tamaña desproporción en esta categoría. O los actuales dirigentes de este deporte (que en los años sesenta y setenta fue el segundo más popular del país) hacen algo o apagamos la luz y nos vamos.
Este resultado, como sucede con los de otros deportes de competencia en el Perú, solo es el reflejo de la poca importancia que un pueblo como el nuestro le da al deporte, la educación y la cultura. El recorte del presupuesto nacional al IPD para el próximo año es solo la confirmación de que la miopía de nuestros políticos se agudiza al ver al deporte, en particular, como un gasto y no como una inversión social redituable al mediano plazo.

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"Hay que salvar al básquet"
Nueva directiva de la FPB impulsará la creación de la liga profesional Dedicará su esfuerzo a trabajar en la formación de los menores"


El básquet peruano no tiene calificación. No encaja en ningún perfil conocido. No es profesional; de eso no hay duda. No es semiprofesional, porque eso tampoco existe aquí. ¿Amateur? Ni siquiera eso parece. El que se practica aquí es un básquet familiar. Es una calificación inclasificable, pero consecuencia directa de los muchos años de olvido que le ha tocado vivir, en parte por la desidia de las autoridades, en parte por el hambre de poder, por la ausencia de escenarios, la falta de difusión de sus actividades, el poco incentivo para captar jugadores, aficionados, auspiciadores, y la lista de justificaciones sigue.
Aquí lo practica un puñado de jóvenes, en su mayoría los gigantones que no encontraron virtudes para el fútbol. A ellos los van a ver sus familiares --a veces--, novias y esposas. Pero no siempre. Cada vez hay menos jugadores y cada vez menos equipos. En damas, por poner un ejemplo, solo cuatro equipos integran la División Superior. Los cánones de la normalidad dictan que una liga la deben integrar 8 o 10 equipos, pero aquí no llegamos a tantos.
Y a este panorama desolador le damos la estocada final diciendo que el básquet peruano está atrasado 30 o 40 años con relación a los 'hermanos del Atlántico'. Entonces, el panorama es mucho más triste. La frase no es nuestra. La lanzó el técnico, comentarista de televisión y hoy flamante vicepresidente de la Federación Peruana de Básquet, Richard Porras.
"Más bajo no podemos caer. Después de haber sido el segundo deporte más importante del Perú hasta los años sesenta, hoy está casi desapareciendo".
Así ha heredado Porras la posta de un deporte que sigue teniendo muchos fieles cautivos, que durante el verano suele congregar a cientos de niños en las academias, pero que no termina de cuajar en los jóvenes cuando dejan el colegio.
UNA LIGA URGENTE"Hay dos aspectos que tenemos que trabajar en forma inmediata. El primero es intensificar la labor formativa de los entrenadores y tratar de afiatar el plan que queremos denominar 30-40, es decir, que al final de un año, todas las categorías hayan jugado al menos 30 partidos oficiales. Hoy, aunque no lo crean, hay categorías que no llegan ni a 10 al año. La segunda parte del proyecto incluye la creación de una liga profesional".
Ouch, tocó justo en la herida. Por alguna razón que es difícil de entender, el propio Porras intentó movilizar a los clubes a la creación de la liga hace unos tres años, pero encontró una tenaz oposición en un club de mucho arraigo en la capital y, aunque parezca increíble, en un sector de la dirigencia que hasta hace unos meses formó parte de la federación y que ha sido removida por las bases en un acto que reivindica las raíces democráticas del deporte, tan cuestionada por los pésimos ejemplos que tenemos en otras federaciones.
"Pero es la única fórmula para que el básquet vuelva a ser, al menos en parte, lo que fue. Todos los países de Sudamérica la tienen, excepto nosotros. Tendría que ser con 8 o 10 equipos, con dos extranjeros por equipo, con partidos que puedan ser transmitidos por televisión para que sirvan de espejo para que los más pequeños. En pocas palabras, esto tiene que ser un espectáculo", expuso Porras. Es un deseo que Deporte Total comparte. Nadie pide la NBA, pero sí una liga decente, competitiva.


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Barack Obama pudo haber sido estrella de la NBA
Cuando estudiaba en Hawái, el próximo presidente de EE.UU. no se cansaba de anotar en los aros de baloncesto

Obama aprendió muy joven que el tamaño sí importa. Quedó a unos diez centímetros de la NBA, pero alcanzó la talla ideal para mirar todo desde arriba. Con su metro ochenta y cinco de estatura, Obama fue durante sus años de estudiante 'Barry O' Bomber', un exquisito jugador de baloncesto en el equipo de la Hawaii's Punahou High School, uno de los mejores institutos privados de Estados Unidos. Era el más alto de su grupo, suficiente para imponerse en marchas y manifestaciones. Sin embargo, a la hora de encestar se quedó con la talla de las ligas menores.Usaba la número 23 en la espalda. Cosa curiosa, años después ese sería el número de Michael Jordan, el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. A los 18 años, en 1979, 'Barry O' Bomber' fue la figura de su equipo (también conocido como los Rat Ballers), que esa temporada alcanzó las finales estatales."Pienso que se puede saber algo de una persona por la forma en que juega al baloncesto", dijo Obama en una programa de la cadena HBO. Para él un mensaje efectivo no puede pasar de 24 segundos, lo que dura la posesión de balón en el básquet.En sus años de 'Barry O' Bomber', el próximo presidente del país más poderoso del mundo supo cuándo intentar una canasta de tres puntos o cuándo pasar el balón. Todo en milésimas de segundo. Ahora que es Barack Obama tendrá algunos minutos más, pero siempre estará la presión de esa última jugada, de ese lanzamiento apurado con el reloj en contra. Él ya sabe.Pero Obama todavía sale a la cancha. El día que su partido lo designó como candidato presidencial sus asesores le pidieron que no jugara baloncesto para evitar lesiones imprevistas. El deporte lo desestresa y le da crédito. En el duelo de un ex boxeador (John McCain) con un basquetbolista (Obama) ganó el segundo sudando la camiseta en el cuarto de hora decisivo.Los mejores jugadores de la NBA le dijeron sí a quien fuera 'Barry O' Bomber'. LeBron James -quien donó 200.000 dólares para la campaña del candidato demócrata-, Chris Paul, Kobe Bryant, entre otros, se sumaron al más efusivo, el histórico Earvin 'Magic' Johnson, quien aseguró que lloró toda la noche junto a su esposa después de ser confirmado el triunfo de Obama.Barack no se ha olvidado de 'Barry O' Bomber'. No llegó a la NBA, pero a los 47 años se ganó otro lugar estelar. Michael Jordan y Charles Barkley, otros inmortales del básquet, también lo han elogiado por su condición de diferente. Obama: el electo presidente de EE.UU. que tiene en sus manos el destino político de millones. En esas manos contundentes y predestinadas. Barack Obama es zurdo.

domingo, 9 de noviembre de 2008

REPORTAJE AL BASQUET, Javier Díaz

Torreón, Coah.- Javier Díaz-Castroverde Núñez nació en España, su pasión por el basquetbol ha sido el motor principal de su vida; muy joven emigró de su país para ir a Perú, en donde hoy es reconocido como el mejor coach de los últimos años, mientras que sus coterráneos que trabajan en México, afirman que el estratega de los Algodoneros de la Comarca es hoy en día, el número uno entre los españoles.

La vida de este personaje nacido en la Península Ibérica gira alrededor del basquetbol, cualquier día de la semana y en cualquier horario, siempre está dispuesto a platicar sobre el Deporte Ráfaga. Javier llegó a Torreón y de inmediato puso las cartas sobre la mesa; nada hay en el grupo más importante que la disciplina.

Los últimos cinco años los pasé en el basquetbol del Perú, con un club que llevaba cuatro temporadas sin continuidad de ganar algo, el equipo se hizo viejo, trabajamos fuerte para conseguir cuatro aperturas y cuatro clausuras, integramos un gran grupo humano que creía en el proyecto y los buenos resultados se dieron. Soy consciente de que hemos realizado buenas cosas, pero ya en este momento lo que me tiene vivo es Algodoneros, esa es mi gasolina?.

Habló sobre lo que sabe de su nuevo equipo: ?Sé que hay una gran ilusión, que el año pasado han sufrido mucho, que tienen deseos de darle vida a un proyecto que tiene como objetivo consolidar el basquetbol en Torreón; creo que con esa pasión y ese amor que tienen el presidente y su familia, podemos lograr cosas importantes?.

Ganar y dar espectáculo, es la fórmula del coach de Algodoneros, que habla al respecto: ?Aquí hay varias cosas importantes, por ejemplo, los medios de comunicación que con su labor pueden llenar el auditorio, pero si el equipo no gana y no da espectáculo, entonces poco a poco la gente se va a alejar del escenario; el espectáculo no sólo está en una clavada, empieza atrás, en necesario hacer una reflexión y ser conscientes de que no es posible anotar 100 puntos y perder el juego porque te hacen 101; soy un coach agresivo, me gusta ese basquetbol, pero sé que para ganar se necesita una buena defensa, hay que tener la pelota y para lograrlo se debe hacer un buen trabajo, que igual divierta a la gente como cuando se hacen puntos?.

Díaz-Castroverde Núñez sabe que es muy complicado construir equipos de buena defensa: ?Es algo que no se logra de la noche a la mañana, pero sí en base al trabajo, si el director de la orquesta marca el ritmo y los integrantes lo hacen como se les pide, se pueden tener los buenos resultados que se desean; a mí me toca decirles cómo va el son y a los jugadores tocar bien su respectivo instrumento?.

La unión de grupo

Habló sobre la clave para mantener unido a un grupo de profesionales: ?Es importante la terapia de grupo, no hay secretos, los deportistas deben saber lo que se quiere y asumir esa responsabilidad, la planificación es todo, hay una responsabilidad dentro de una sinergia en la que cada quien tiene su función; la directiva cumplir los acuerdos contractuales, el cuerpo técnico hacer que se juegue bien y el jugador dar el cien por ciento con profesionalismo en la cancha?.

La experiencia le dice a Javier Díaz-Castrovede Núñez que el éxito de un grupo es muy factible cuando los integrantes están convencidos de lo que hacen. ?Así me pasó en Perú y antes en España, en Las Canarias y más atrás en Zaragoza?.

De las necesidades de Algodoneros no quiso hablar: ?Eso se hace en privado con el presidente, lo que sí te digo es que aquí ningún jugador será más importante que otro y tácticamente el éxito de un equipo de basquetbol empieza por el uno (movedor) y termina con el cinco (poste bajo). Pero el éxito no empieza aquí, sino en los muchachos de Torreón que tenga 17 ó 18 años, porque sí te digo que a mí no me tiembla el pulso para poner a jugar a un chico de esos, si en la cancha hace muy bien las cosas y es valiente, así tenga que ir a la banca uno de mayor experiencia?.

Así como hace algunos años llegó al Perú, Javier hoy está en La Laguna y quiere dejar huella, sin embargo, sabe que aquí hay muchas cosas por aprender y que para él serán valiosas. ?Si algún día me voy, quiero hacerlo con la tranquilidad de no haber sido mezquino, de haber dejado un programa de trabajo para el minibasquetbol, para los pasarelas y también para los Cadetes, porque eso es la base de lo que mañana será el basquetbol de Torreón; es muy bonito trabajar con cientos de niños y decenas de entrenadores, son experiencias bonitas, dejar algo para Torreón e incluso para México, si es que me lo piden; no estoy aquí por dinero, había otras opciones de mejor paga, pero este proyecto me gustó?.

Javier se definió como un defensor de los niños y jóvenes laguneros que practican el basquetbol: ?De todos soy su defensor y siempre tendrán en mí un aliado, siempre staré con los pequeños y adolescentes que practiquen este hermoso deporte, así como los entrenadores que trabajen con ellos, también tendrán en mí a un colaborador, porque no puedo entender un proyecto de basquetbol sin la base que representan los que empiezan a practicarlo?.